En Vargas el calor y el estrés
del trasporte desmejoran notablemente la vida diaria de propios y extraños,
hace la vida del varguense tan agitada e intensa, que se hace necesario
invertir en espacios verdes los cuales han dejado de ser un factor clave en
cuanto a la calidad de vida de todos. Donde plazas han sido tomadas por
buhoneros y malvivientes. Donde se han realizado talas sin control
de arboles en avenidas y nuevos urbanismos residenciales y comerciales sin
control ni medidas de resección de daños con siembra de mas especies.
Es cierto que en estos últimos años donde el fenómeno del Niño nos afecta con sequia
y alza de la temperatura ambiente, por ello es necesario que los gobiernos locales
comiencen a preocuparse por los efectos del cambio climático global. Adoptando
nuevas políticas ambientales promoviendo iniciativas sostenibles y opciones de
vida más conscientes y saludables; siendo la protección a nuestros principales
afluentes y a la siembra de árboles un objetivo primordial, ya que al mismo
tiempo que producen oxigeno, dan sombra, generan una disminución de la
temperatura y dispersan los sonidos molestos propios de una ciudad en
crecimiento.
Es importante “dejar
de crear plazas y urbanismos que no son más -selvas de concreto - obras
faraónicas, que no suelen tener espacios verdes para descansar y conectar con
la naturaleza. Creando nuevos espacios donde ya está comprobado que dicha
ausencia de espacios verdes reduce la calidad de vida de sus habitantes.”